Su historia es sencilla, y triste, son una pareja de gatos adultos, de 11 años (macho) el blanco y naranja, y 12 (hembra naranja) años , han convivido con la que ha sido su familia más querida toda su vida y siempre han sido muy buenos, hasta que han llegado nuevos inquilinos, dos niños pequeños. Ahora sobran y están encerrados desde hace mucho en un cuarto y no los dejan salir para nada. Dicen que si sigue así la situación los va a echar de casa porque es insostenible para ella.
Ambos están castrados, vacunados al día y con chip.