Ayer se nos fue nuestra abuelita más querida, Carmela. El momento de decirles adiós es siempre el más duro y el más triste. Pero supimos que ya llegó su hora de dejarnos, su cuerpecito ya quería descansar. Con mucho amor se fue, muy querida y muy mimada.

Carmela llegó a nosotros hace tres años, comida por la sarna, sin apenas y en tan malas condiciones que los trabajadores del Mercasevilla (donde la encontraron abandonada) tenían que espantar a las gaviotas que iban a picarle, ya la veian como caroña únicamente. Milagrosamente se recuperó, aunque era muy anciana, anque su vida probablemente había sido muy dura hasta entonces, y aunque tenía también hipotiroidismo, se convirtió en una abuelita vital, alegre y entrañable. Más tarde llegó el cáncer no operable, pero tampoco la paró y siguió siendo la misma perra feliz hasta el final.

Nunca encontró su familia definitiva…pero sí… si que la encontró en su fantástica casa de acogida Ana, que la acogió desde el primer día, aun cuando no sabíamos si sobreviviría, y no dejó que pasara ni un solo día en una jaula del refugio. Ana le regaló los mejores tres años de su vida, y por ello no tenemos palabras suficientes de agradecimiento. Con ella conoció el calor de un hogar, los paseos al atardecer, viajó de vacaciones, compartió siestas y buenos momentos. Con ella Carmela vivió! Y con ella estuvo acompañada y querida hasta su último momento. Gracias Ana y mucho ánimo en estos momentos. Y a ti Carmela Buen Viaje! No te olvidaremos!

Las casas de acogida salvan vida. Anímate!