Taco un día apareció tumbado en un paso de peatones, en mitad de la calle, con la suerte de que la persona que pasaba con su coche se paró al verlo.
Con muy mal aspecto, oídos negros (por ácaros), ojito mal, lleno de pulgas y herida en su pata delantera, él se acercó para comer lo que le ofrecían, estaba súper delgado y con muchísima hambre, todos los síntomas de un abandono.
Pero todo ello quedó atrás, Taco está totalmente recuperado, preparado para irse adoptado a una casa, castrado, chipado, vacunado, desparasitado… es un gato guapísimo, con un color espectacular, cariñoso, juguetón, sociable con otros gatos, los perros no le gustan nada, en el veterinario se porta muy bien, es un señor gato.
Negativo a enfermedades.