Este jovencito apareció en marzo 2024 en un pueblo de Sevilla. Todo apuntaba a que fuera de algún vecino, por la confianza con la que se acercaba a la gente y lo cariñoso que era, pero después de semanas viéndolo en la calle, sucio y cada vez más delgado, una pareja decidió recogerlo para comprobarle el chip. No tenía chip, no había nadie buscándolo en redes, y ninguna de sus difusiones fue fructífera. Así llegó a nosotros.
Christofer es un gatito azul ruso, súper cariñoso y juguetón. Está castrado y es negativo a enfermedades. Si algún día vivió en un hogar, no lo merecían. Vamos a buscar una buena familia para él, para que tenga la vida que se merece