Esta preciosidad se llama Curro, es noble de corazón y cariñoso a rabiar, su mayor pasión es dar abrazos.
Curro deambulaba por una urbanización, se acercaba a pedir comida a los bares y por suerte un día una familia lo acogió en su casa y se puso en contacto con nosotros para ayudarles a encontrar una adopción responsable para este grandullón.
Es un perro grande, y por desgracia lo habitual es que se termine volviendo invisible y nadie se fije en él para adoptarlo, no entendemos porqué, al contrario de lo que todo el mundo piensa, los perros grandes pueden vivir perfectamente en un chalet, en una casa o incluso en un piso, siempre y cuando la familia cubra sus necesidades, lo saque a pasear con frecuencia y le dé la educación y el cariño que se merecen.
Curro está esperando a que alguien se enamore de él.